9/1/10

Los otros y yo













A veces adolezco de ciertas ilusiones, como sentirme cerca de los otros. Sin embargo, sé que es mero espejismo lírico. Demasiado inocente pretender formar parte. Humanidad: significante hueco, puro ruido, vacío de significado, sin referente. Borges se encuentra con el otro y resulta ser él mismo. El encuentro con uno mismo, siempre es así, una y otra vez así. Cualquier actividad destinada al conocimiento del otro es en realidad un acto de reflexividad. Míralos, ahí están, en fila, esperando (¿deseando o es otra falacia más?) ser encontrados. Abro un libro y me topo con mis fantasmas, no con los de otro, con los míos. Escribo todos los libros que leo. Míralos, ahí están, mendigando la escritura del otro para poder escribirse a sí mismos. Y mientras, la piel se nos va ajando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

O como dijo un idiota una vez: "He vertido todo mi precario ser en este inacabable poema de excremento y semen. Aquí he sido más yo que en ninguna otra parte y he pulverizado la noción de un Otro. Tú sólo existes desde mí, y desde mí eres testigo/a de este miserable espectáculo que, lejos de toda pretensión poética, es simple y llanamente exhibicionismo, es simple y llanamente pornografía barata".

Un beso,
Tito.